Una reivindicación histórica por la que los socialistas presentaron una moción, en el pasado Pleno de junio, para instar a la Conserjería de Educación de la Región de Murcia a que con carácter de urgencia ejecute los proyectos de acondicionamiento térmico e impermeabilización de los colegios Santiago y Santa Eulalia, y establezca un calendario de inversiones en los colegios de Totana, en base a las necesidades que desde el Ayuntamiento les han sido trasladadas.
En la anterior legislatura se instó de manera reiterada a la Consejería de Educación, en cumplimiento del Real Decreto 486/1997, de 14 de abril, a acondicionar todos los centros educativos sostenidos con fondos públicos de los medios necesarios que aseguren temperaturas óptimas en los centros de trabajo para evitar el estrés térmico y a hacer un mapa de temperaturas en los centros educativos.
La Corporación municipal aprobó, por unanimidad, una iniciativa para garantizar que los centros cuenten con un adecuado sistema de climatización que permita desarrollar las actividades educativas en condiciones de seguridad y salud para el alumnado y el profesorado. En ese sentido, este real decreto establece las disposiciones mínimas de seguridad y salud en los lugares de trabajo, regulando que las temperaturas óptimas en los centros de trabajo que fija la temperatura en los locales donde se realizan trabajos sedentarios estarán comprendidas entre 17 y 27 grados. Este no es un tema baladí, como demuestran diversos estudios, pues la temperatura ambiente afecta directamente en el rendimiento tanto en el alumnado como en los trabajadores de la enseñanza, siendo incompatible con un sistema público de calidad. Las temperaturas por debajo de los 17 y por encima de los 27 grados se traducen en inquietud, nerviosismo por el frío y sopor e inactividad cuando afecta el calor.
En marzo del 2019, la Directora General de Centros del Gobierno Regional visitó el colegio Santa Eulalia y el Colegio Santiago, pudiendo comprobar las deficiencias históricas que vienen arrastrando ambos centros de enseñanza en sus zonas más antiguas, que provocan goteras en época de lluvias y, sobre todo, una situación térmica insostenible tanto en invierno como en los meses próximos al verano, coincidiendo con el final del curso escolar. Tras la visita hubo un compromiso para ejecutar esas obras que finalmente no se produjeron.